domingo, 26 de julio de 2015

Inside - out (2015) LA TRISTEZA


Hace mucho tiempo el periodista sevillano Antonio Burgos, en otra época, y ante la muerte de un amigo decía, reclamaba, que debía de haber un sitio para la tristeza, que tenía que haber un sitio para la tristeza. En 1954, Françoise Sagan escribió Buenos días, tristeza y hoy nos encontramos a la tristeza como uno de los personajes principales y determinantes en la película Inside-out (2015).

En la literatura y el arte la tristeza es una característica del movimiento prerromántico europeo (S.XVIII). El mismo Denis Diderot se preguntaba en 1760:

¿Qué necesita el poeta? ¿Una naturaleza bárbara o cultivada, tranquila o tormentosa?  ¿Cuándo veremos nacer poetas? Después de grandes desastres y grandes desdichas, cuando los pueblos comiencen a respirar, y las imaginaciones excitadas por espectáculos terribles, se atrevan a pintar cosas que ni siquiera podemos concebir los que no hemos sido testigos de ellas. (Fuente Wikipedia)

En la primera mitad del S.XIX. se desarrolla el romanticismo siendo una de sus características la nostalgia por los paraísos perdidos (de la infancia o de una nación). El romanticismo está impregnado de melancolía en su reconocida nostalgia. Incluso en la música moderna contemporánea (pop, rock, folk...) la tristeza ocupa un valor fundamental al entroncarlo con el amor romántico. La tristeza está más presente en nuestras vidas de lo que pensamos y es muy importante para mantener el equilibrio emocional.

Al personaje de la tristeza en la película Inside-out  (Pixar-Disney) la llegan a poner dentro de un círculo de tiza para que no se saliera de ahí y no estropeara las vivencias y recuerdos de la protagonista.



Además le tenían prohibido tocar los recuerdos esenciales de la vida de la niña protagonista Riley para que no los contaminara de tristeza. Pero, al final es la que logra poner las cosas en orden. Porque la tristeza lo que busca es la reintegración con los seres queridos, con el mundo conocido y construido, aunque esto suponga tener que reconstruirlo de nuevo. Es lo que se llama procesos de maduración.

Riley es una niña que es obligada a mudarse a otra ciudad (San Francisco) dejando atrás parte del universo construido en su ciudad natal (amistades, aficiones, su casa). Y se ve obligada a seguir viviendo con tres universos - que la película llama islas- que son la familia, la sinceridad y las payasadas. Pero hay un acontecimiento que le hace perder el estatus social al presentarse en su nuevo colegio. 

Llora ante los compañeros al recordar su antiguo hogar y sus amistades. La alegría no está en el panel de mando cerebral, tampoco la tristeza, sólo están la ira, el asco y el miedo. Y el miedo también puede provocar llanto y tristeza. 

A partir de ahí Riley tiene que componer su día a día con esas tres emociones y sin los recuerdos esenciales de su infancia (nostalgia por el paraíso perdido). Vivir así le conllevará a permitir y presenciar la destrucción de su universo parte a parte - las islas- . Así cae payasadas, hockey, sinceridad, amistad y se tambalea la de la familia cuando decide marcharse de casa. 


Pero es entonces cuando regresan alegría y tristeza al panel de mando del cerebro límbico y tristeza es la única que consigue provocar la emoción en la niña que le hará regresar a casa buscando la reintegración familiar. Con las islas destruidas y los recuerdos esenciales teñidos de una cierta tristeza comenzará el proceso de reconstrucción de su universo recuperando algunas, creando otras, pero sabiendo que ya nada será exactamente igual. La infancia se ha convertido en un paraíso perdido que se añorará con nostalgia, pero ¡ojo!, aparece en el panel de mandos del cerebro un botón rojo que pone pubertad y que ni las mismas emociones saben para que sirve. Se augura una segunda parte.
Un análisis pausado y detallado de la película podría servir a muchas familias para enfrentarse a ellas mismas y preparase para entender y actuar mejor con sus hijos. Mimemos los recuerdos esenciales. Es a lo único que podremos agarrarnos cuando los desastres acontezcan. 

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